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Hemos olvidado nuestra sombra en una ciudad de Asia. Se han quedado nuestros sueños en los desiertos de Taklamakán. Ümit Yasar Oguzcan, Un mundo para dos.




6/1/19

Las ganas de mirar de José Ramón Anda




Ikusmira en euskera significa vista y perspectiva. Pero también curiosidad, ganas de ver, de conocer. Un escultor fecundo como el navarro José Ramón Anda está acostumbrado a mirar, es parte de su origen y de su crecimiento. Y a desarrollar su trabajo escultórico en materiales tan dispares como la madera, la piedra o el metal. Naturalmente, los materiales obligan a ensayar y construir formas de riqueza diferente y complementaria. Como dice de él el arquitecto e historiador José Ángel Sanz Esquide:

"Es un hombre de una cultura visual intensa, que posee un gusto extraordinario al mirar las cosas, una cultura hecha de imágenes, de sensaciones y de experiencias. Su formación tuvo como epicentro, volvamos a repetirlo, lo constructivo y lo visual, descubriendo las cosas por él mismo desde la experiencia, como por otra parte ha ocurrido con todos los artistas, más allá de estudios sistemáticos en libros y lecturas propios de la enseñanza reglada, que muy pocas veces dejan huella. 

Un segundo elemento en la formación de Anda, desde muy joven, fue un gusto y un conocimiento muy particular por los materiales, ya fuese al comienzo de su carrera la madera –roble, castaño, nogal, boj, cerezo-, materiales que son cada uno de ellos un mundo, ya fuese el alabastro, la piedra, el bronce, el acero corten, el aluminio o el mismo mármol más adelante...Es nuclear para la educación en esta cultura de los materiales el hecho de que José Ramón Anda, nacido en 1949 en Bakaiku (Navarra), creciese en el taller de carpintería familiar donde su padre no era únicamente un gran maestro ebanista sino también un tallista de primera magnitud. Vivió desde la infancia una experiencia muy singular, única en la escultura contemporánea, sobre las cualidades y la tradición de las técnicas constructivas de la madera. Un conocimiento exhaustivo de la naturaleza y de la evolución de los árboles de todo el País Vasco y de todos los secaderos y serrerías, así como una transmisión de recursos técnicos propios de una larga tradición como es la de la construcción en madera; recursos, algunos inventados por su padre, otros prácticamente olvidados. Este punto de apoyo en el arte y la cultura auténticamente popular nunca los ha perdido el escultor".

La obra en bronce Ikusmira se encuentra ubicada en el Parque de Doña Casilda, junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Mirar conduce a indagar en la disposición de las formas, no solo las que saltan a la vista sino las ocultas. Y lleva a admirar el sistema de líneas que se entrecruzan, se concatenan, formando círculos o planos, donde lo curvo y lo recto forman un todo que los une y los separa sin fin. ¿Dónde y cuándo comienzan unas líneas u otras? La observación por el hombre del paisaje cercano o alejado es tan primitivo como deductivo. ¿Es que la mirada de los hombres ha permanecido solamente en la representación figurativa que le impacta? En absoluto; el entresijo de la historia del Arte es también y, acaso, precisamente la prospección de los contornos que delimitan el espacio, el visible y el recóndito, ya ofrecidos por la naturaleza y comprendidos por el artista. Y en ese sentido, esta Ikusmira de Anda, ¿no es una representación audaz de las formas contra el tiempo? Y el paseante ocasional agradece que salga a su paso.







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