.


Hemos olvidado nuestra sombra en una ciudad de Asia. Se han quedado nuestros sueños en los desiertos de Taklamakán. Ümit Yasar Oguzcan, Un mundo para dos.




17/12/18

El pescador de Lucas Karrvaz en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia




Sobre esta escultura de Lucas Karrvaz, no se me ocurre mucho que decir. Situada en medio de unos jardines de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, la contemplo como una representación simbólica. Pero qué estatua no suele ser simbólica, se podrá objetar. 

La llaman El pescador y, sin embargo, cuando la vi a mí me parecía más bien una alegoría de Neptuno, por aquello de que mi subconsciente la relacionaba automáticamente con el museo oceanográfico. El gigantismo, cierto atributo significativo en su mano izquierda, la inmersión en estanque, la amplitud del espacio circundante y su pulso con los edificios del entorno me hacían ver en la figura una deidad soberana. 

Pero quién sabe, tal vez Neptuno, como tantos dioses de la mitología clásica, se metamorfosean o acaban envidiando a los hombres, y decidió confundirse con ellos en una de las profesiones más antiguas de la humanidad para las gentes de costa. 

Aunque la sinuosidad de la chapa en las extremidades de El pescador y la cabeza de aspecto marciano no convierten a la escultura, a mi modo de ver, en una obra abstracta, el torso abierto y la posición de las piernas la redime. A partir de ahí, las interpretaciones pueden explicitarse. El pescador de costa invadido por la urbanización, el pulso del hombre con la arquitectura megalómana de nuestro tiempo, la resistencia de los antiguos oficios frente a modernidad. O simplemente el recuerdo de seres fantásticos y seres reales que han poblado los océanos desde primitivos tiempos.






2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero ¿en esa dirección o en aquel parque más hacia el centro?

      Eliminar