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Hemos olvidado nuestra sombra en una ciudad de Asia. Se han quedado nuestros sueños en los desiertos de Taklamakán. Ümit Yasar Oguzcan, Un mundo para dos.




20/9/18

Seres fantásticos y torturados humanos en el grutesco del Convento de las Dueñas de Salamanca




¿Qué mejor presentación de un bosque de esculturas que una imagen natural, ajena, aunque no del todo, a la mano humana como es el fractal de una rosa? La vida y sus ciclos en el claustro del Convento de las Dueñas de Salamanca acompaña a la riqueza secular en piedra de su arquitectura y decoración. Este edificio de 1533, que los especialistas en Arte incluyen en el peculiar plateresco español, ya renacentista, proporciona en el piso superior de su claustro una colección riquísima de capiteles, zapatas, frisos o medallones tallados con primor y cargados de simbolismos. 

La influencia de la Edad Media todavía se proyecta viva más en sus contenidos simbólicos que en las expresiones formales. No en vano el historiador del Arte Jurgis Baltrusaitis lo recuerda: "Las fuerzas que han contribuido a la eclosión de estos prodigios sobreviven después de la Edad Media y se prolongan en los encantamientos, el gusto por el arabesco, la atracción por lo desconocido y las rarezas grecorromanas".

Demos paso a algunas fotografías de este mundo imaginario, no menos real, que acaso potencia el de cada día. Es tal la riqueza decorativa de este claustro que las fotografías tomadas así, al albur y por separado, apenas constituyen una leve muestra, aunque representativa. 





Pero si bien los monstruos, diablos, ángeles, animales de todo tipo, conchas marinas, calaveras, seres híbridos o vegetaciones sigue siendo un nexo con el pasado, la ruptura con los siglos anteriores la proporciona la representación de seres humanos. Personajes atormentados, quejosos, esforzados, oprimidos, sufrientes, en fin, manifestados en  inverosímiles posturas que solo el escorzo moderno, extraordinariamente rebuscado, puede ayudar a escenificar. ¿Es tan poderosa la influencia renacentista italiana? ¿Quién no ve la mano de un Miguel Ángel tras cada hombre torturado o la de un artista más cercano aún como Alonso Berruguete? Era el tiempo en que se vivía y bebía de una gran revolución estética, tanto de contenidos como de formas. El ser humano iba pasando a primer término, superaba a los seres fantásticos de tiempos anteriores, sin olvidarse de ellos del todo, y ratificaba una nueva fe humanística que, no obstante, no se libraba del conflicto. 















 








A quien desee saber algo más sobre este lujoso lugar de Salamanca le recomiendo que se pase por este enlace que a mí, simple contemplador de cuanto me rodea, me ha proporcionado una interesante información. 

http://salamanca2020.blogspot.com/2015/03/claustro-de-las-duenas-paraiso-grutesco.html



4 comentarios:

  1. ¡Qué magníficos capiteles!, y ¡Qué magníficas fotos!

    Un plateresco que recoge la simbología y la didáctica pétrea del medievo. Ahí están los seres atormentados, los monstruos y los arrepentidos que a pesar de su arrepentimiento aún han de sufrir las penas del Purgatorio.

    El Renacimiento en España entró a contrapelo, hubo de pasar de puntillas entre el dogma y los estigmatizados.

    El gótico se hacía tardío y tardío, las aristas de las bóvedas se retorcían y las arcadas se tornaban flamígeras –el gótico isabelino, el flamígero- y así, entre "flamas", daban paso al plateresco.

    La influencia de Alonso Berruguete es clara y en uno de los capiteles me parece ver el cuerpo escondido en la piedra del que nos hablaba Miguel Ángel.

    Las hojas de acanto, sin embargo, no son renacentistas sino un vestigio clásico que perduró a pesar de los siglos oscuros. Irvin Panovsky ya nos habla de la iconografía clásica que encontramos entre capiteles y representaciones pictóricas o en orfebrería de la Edad Media. Aquí, en estos capiteles, veo esta iconografía clásica que traspasa los siglos.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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    1. Comparto tu opinión y criterio, si bien es un tema amplio y complejo. Una de las cosas que más me llamó la atención siempre es que a mediados del XVI aún se estuvieran haciendo templos góticos en España. Es como si el Renacimiento fundamentalmente italiano aquí se hubiera amordazado y reconvertido con aires menos originales. Por eso al contemplar las obras escultóricas de un lugar como las Dueñas salmantinas es como si estuviera en aquel mundo italianizante que planta cara al Medievo agotado.

      Saludo.

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  2. Creía que había escrito un comentario hace días. Como no aparece insistiré. Salamanca es una ciudad patrimonio de la humanidad y en un reportaje al respecto me topé con la belleza del lugar. Magníficas imágenes, resulta curiosísimo que semejante flor apareciera en aquel reportaje. Me recordó esta entrada tuya.
    Escribiendo de imágenes quedo pendiente enviarte un reportaje sobre fotografía que espero sea de tu agrado ..... en cuanto lo encuentre.

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    1. No ha aparecido antes comentario alguno, no. Lo interesante de cualquier ciudad que visitemos es ir más allá de lo que se visita a primera vista. Siempre es más visible una casa de las Conchas o una Plaza Mayor o una Catedral de Salamanca que un convento que exteriormente, salvo que uno se informe por las guías, no reclama un poderío análogo a los otros monumentos. Y sin embargo encierra muros adentro toda una erótica de la estética, ya me entiendes.

      Cuando gustes me lo pasas.

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